Último día en Jaisalmer y me despierto antes de que suene el despertador. No se qué pasaba anoche que había mucho jaleo a eso de la 1 con los altavoces de las mezquita anunciando algo. Pesar de eso he dormido bien, esta ha sido mi cama esta noche.
Me dirijo a ver el fuerte por dentro.
Hay que atravesar varias puertas para llegar al centro del fuerte, se ve que se tomaban en serio la seguridad.
Hay cientos de murciélagos vigilando quien entra en el fuerte.
Una vez dentro hay un par de cosas que ver. Para mi sorpresa los precios ha subido una barbaridad, de 30 rupias que costaba la entrada a un templo lo han puesto a 250, y así para todo. Parece que han descubierto que los turistas tienen dinero y se aprovechan bien de ello. Si bien el e safari en camello mola mucho y la ciudad es bonita, lo turístico que se esta volviendo no me gusta mucho, con restaurantes caros que sirven piza, o precios de monumentos desorbitados cuando no son para este país. Parece que he llegado demasiado tarde a Jaisalmer, cuando el turismo no había modificado aún su esencia.
Aún así paseando por la calles del fuerte se pueden tomar buenas fotos.
Un señor que vende baratijas me muestra su casa. Dice que tiene 300 años pero resulto dañada en el último terremoto.
Aquí se mezclan el hinduismo y el islamismo a partes iguales, y a veces cuesta diferenciarlos.
Ya fuera del fuerte busco donde comer. Hay otros monumentos fuera, pero de igual manera se pasan con el precio.
Tras comprar unos cinturones, que aquí se trabaja mucho el cuero, vuelvo a mi hotel a hacer el check out. Para ir a la estación pensaba tomar un bus, pero como el aforo esta completo, mejor voy andando.
A las 17:15 sale mi tren que me llevara a Delhi, así que ahora a relajarse en el tren y mañana será otro día.
Me dirijo a ver el fuerte por dentro.
Hay que atravesar varias puertas para llegar al centro del fuerte, se ve que se tomaban en serio la seguridad.
Hay cientos de murciélagos vigilando quien entra en el fuerte.
Una vez dentro hay un par de cosas que ver. Para mi sorpresa los precios ha subido una barbaridad, de 30 rupias que costaba la entrada a un templo lo han puesto a 250, y así para todo. Parece que han descubierto que los turistas tienen dinero y se aprovechan bien de ello. Si bien el e safari en camello mola mucho y la ciudad es bonita, lo turístico que se esta volviendo no me gusta mucho, con restaurantes caros que sirven piza, o precios de monumentos desorbitados cuando no son para este país. Parece que he llegado demasiado tarde a Jaisalmer, cuando el turismo no había modificado aún su esencia.
Aún así paseando por la calles del fuerte se pueden tomar buenas fotos.
Un señor que vende baratijas me muestra su casa. Dice que tiene 300 años pero resulto dañada en el último terremoto.
Aquí se mezclan el hinduismo y el islamismo a partes iguales, y a veces cuesta diferenciarlos.
Ya fuera del fuerte busco donde comer. Hay otros monumentos fuera, pero de igual manera se pasan con el precio.
Tras comprar unos cinturones, que aquí se trabaja mucho el cuero, vuelvo a mi hotel a hacer el check out. Para ir a la estación pensaba tomar un bus, pero como el aforo esta completo, mejor voy andando.
A las 17:15 sale mi tren que me llevara a Delhi, así que ahora a relajarse en el tren y mañana será otro día.
















No hay comentarios:
Publicar un comentario