martes, 15 de octubre de 2013

Día 5 - Chitwam, buscando el rinoceronte

Ha estado toda la noche lloviendo. Me levanto temprano que espera un día largo. Alguien dejo la puerta del baño abierta y la ducha esta llena de ranas, pero mejor, así se come los bichos.

Sigue lloviendo sin tregua alguna y un guía nos esta esperando para dar un paseo por la jungla. Tan sólo somos tres para dos guías, dos chicas austriacas y yo. Nos metemos en una balsa hecha de un tronco que no parece que tenga demasiada estabilidad. Cada vez que cambia de dirección parece que va a volcar.

Sigue lloviendo. Antes de empezar el paseo por la jungla nos explica el guía los riesgos q hay (aquí no hace falta firmar nada). Por suerte los guías llevan un palo por si hay algún problema. Vamos en busca del rinoceronte asiático, que habita en estas tierras. Al principio llevamos paraguas por la lluvia, pero pasado un tiempo vemos q no vale para nada aquí. 

No ha habido suerte con el rinoceronte, sólo hemos visto ciervos, con la lluvia los animales no salen. 
Las sanguijuelas nos están debotando (una de las chicas se ha quitado ya 11) y volvemos al pueblo.

Antes de llegar nos paramos a ver bañar a los elefantes. Cada mahud tiene un solo elefante y el elefante solo obedece a  su mahud.

Sigue lloviendo. Tras esto paramos un poco a comer e intentamos tener mejor suerte con los jeeps en busca del rinoceronte. Otra vez tenemos que tomar una canoa para ir al parque natural, pero esta vez solo para cruzar el río. Los jeeps , como no podía ser de otra forma, no tienen techo y llueve mucho. El camino es interesante, la selva aquí es diferente a cómo la conozco, con partes de árboles frondosos, cubiertos de liabas, o partes de "césped" de 2 a 5 metros que cubre perfectamente a un elefante. Por el camino solo vemos ciervos y pájaros, y un jabalí enorme. Nada del rinoceronte.Después de cuatro horas desistimos de la búsqueda, estoy totalmente empapado y sólo intentó mantener la cámara seca con una bolsa. 

Llegando al pueblo me quito dos sanguijuelas (se que Beargrill dice que hay que comérselas, pero no hay necesidad). Las sanguijuelas aquí son diferente a las de España, allí se llaman novias y no se despegan, aquí te chupan un poco de sangre y se van como han venido debajo una pequeña marca.

Quizá aún se pueda hacer alguno interesante en el pueblo, pero fatigado por la lluvia tan sólo tengo ganas de ponerme algo seco y seguir así, seco, que ya tengo los dedos como garbanzos.

Tras la cena a las 7 toca alguna llamada de teléfono y a dormir, que mañana es la última oportunidad de encontrar al rinoceronte.



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