Los pabos reales nos despiertan al amanecer.
Por las huellas en la arena puede verse que muchos bichos han estado por aquí esta noche.
Los niños se ponen rápido a preparar el desayuno.
A la hora de recoger el campamento nos repartimos las tareas. Yo me he pedido reunir a los camellos, pero primero hay que buscarlos.
Tienen las dos patas delanteras atadas para que no vayan muy lejos, pero aún así no es sencillo encontramos a todos.
Si creéis que un camello esta blandito os equivocáis mucho, ir en un camello sin montura es muy incómodo, pero hay que volver al campamento rápido.
Allí se ensillan y listo para partir otra vez.
Esta vez parece que mi camello y yo nos entendemos mejor. Ya he aprendió ha hacer que salga del camino y corra.Llegamos a un oasis para que beban un poco.
Llegamos a una aldea pero parece que ahora no hay nadie para recibirnos.
Seguimos nuestro camino hasta el jeep que nos espera.Ir con un camello al trote mola muchísimo, pero también cansa.Ha sido increíble, pero llevarlo a España es mucha responsabilidad, hay que sacarlos a pasear, limpiarlos y todo eso, así que me despido de mi camello.
De vuelta a Jaisalmer noto que me fallan las piernas, a sido agotador el safari, pero muy recomendable. Cuando lo contratéis que os especifiquen bien todos los detalles, sino la van a engañar bien.
Los que sigan mi blog creerán que llevo tres días con la misma ropa, pero no, en realidad llevo 3 días y día noches, pues en el tren y en el desierto duermo vestido. Así qué al llegar al hotel me doy una buena ducha y a ver Jaisalmer.
Esta es la entrada al fuerte, pero eso será para mañana.
No se qué pasa con este sitio que todo el mundo quiere que le haga una foto.
Cuesta encontrar sitios para comer barato en este sitio, se ve que le han cogido el truco a los turistas ya.
Hay palacetes por todos lados de lo que esta ciudad un día fue gracias al comercio.
Muy cerca hay un lago que hasta no hace mucho abastecía de agua a la ciudad.
En el embarcadero veo a una chica que a alquilado una barca pero no sabe llevarla ella sola, así que le acompaño.
Tras el paseo de media hora en barca voy a ver como comen los peces gato.
En mi vida había visto tantos peces juntos, de aquí viene la frase "tengo muchas bocas que alimentar".
Cuesta encontrar buenas vistas del fuerte de Jaisalmer, desde aquí se puede ver entero, pero tampoco es el mejor sitio.
Así qué voy a otro punto de la ciudad a tomar mejores fotos. Creo que me han engañado un poco, este sitio está demasiado lejos. Quizás con una cámara mejor ...
Ya ha anochecido y desde el hotel también puede hacer fotos, pero sólo de partes del fuerte.
Tengo las piernas que no responde del safari en camello, y también estoy cansado, así que tras la cena me voy a dormir prontito.
Por las huellas en la arena puede verse que muchos bichos han estado por aquí esta noche.
Los niños se ponen rápido a preparar el desayuno.
A la hora de recoger el campamento nos repartimos las tareas. Yo me he pedido reunir a los camellos, pero primero hay que buscarlos.
Tienen las dos patas delanteras atadas para que no vayan muy lejos, pero aún así no es sencillo encontramos a todos.
Si creéis que un camello esta blandito os equivocáis mucho, ir en un camello sin montura es muy incómodo, pero hay que volver al campamento rápido.
Allí se ensillan y listo para partir otra vez.
Esta vez parece que mi camello y yo nos entendemos mejor. Ya he aprendió ha hacer que salga del camino y corra.Llegamos a un oasis para que beban un poco.
Llegamos a una aldea pero parece que ahora no hay nadie para recibirnos.
Seguimos nuestro camino hasta el jeep que nos espera.Ir con un camello al trote mola muchísimo, pero también cansa.Ha sido increíble, pero llevarlo a España es mucha responsabilidad, hay que sacarlos a pasear, limpiarlos y todo eso, así que me despido de mi camello.
De vuelta a Jaisalmer noto que me fallan las piernas, a sido agotador el safari, pero muy recomendable. Cuando lo contratéis que os especifiquen bien todos los detalles, sino la van a engañar bien.
Los que sigan mi blog creerán que llevo tres días con la misma ropa, pero no, en realidad llevo 3 días y día noches, pues en el tren y en el desierto duermo vestido. Así qué al llegar al hotel me doy una buena ducha y a ver Jaisalmer.
Esta es la entrada al fuerte, pero eso será para mañana.
No se qué pasa con este sitio que todo el mundo quiere que le haga una foto.
Cuesta encontrar sitios para comer barato en este sitio, se ve que le han cogido el truco a los turistas ya.
Hay palacetes por todos lados de lo que esta ciudad un día fue gracias al comercio.
Muy cerca hay un lago que hasta no hace mucho abastecía de agua a la ciudad.
En el embarcadero veo a una chica que a alquilado una barca pero no sabe llevarla ella sola, así que le acompaño.
Tras el paseo de media hora en barca voy a ver como comen los peces gato.
En mi vida había visto tantos peces juntos, de aquí viene la frase "tengo muchas bocas que alimentar".
Cuesta encontrar buenas vistas del fuerte de Jaisalmer, desde aquí se puede ver entero, pero tampoco es el mejor sitio.
Así qué voy a otro punto de la ciudad a tomar mejores fotos. Creo que me han engañado un poco, este sitio está demasiado lejos. Quizás con una cámara mejor ...
Ya ha anochecido y desde el hotel también puede hacer fotos, pero sólo de partes del fuerte.
Tengo las piernas que no responde del safari en camello, y también estoy cansado, así que tras la cena me voy a dormir prontito.






















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