Haciendo un paréntesis en la caótica Delhi, hoy toca visitar Haridward. He dormido casi del tirón y antes de que suene la alarma me despierto para bajar del tren. Aún es de noche u parece que hay un retraso de una hora.
Se supone que Visnu vertió néctar divino en este lugar, pero sólo encuentro monumentos a Shiva.
Me dirijo a Har-Ki-Pairi, el Ghat donde se encuentra la huella de Visnu.
Hace frío, ya que estamos pegando al Himalaya, pero aún así hay gente bañándose en el Ganges.
Un poco más al norte se ven otros Ghats secos con decenas de esculturas abandonadas.
Para desayunar nada mejor que frijoles picantes. El picante pica más por la mañana. Será porque el cuerpo no se lo espera.
Ya pensaba que no iba a ver a estos hombres (no recuerdo ahora como se llaman, pero van siempre cubiertos de ceniza).
Esta ciudad es pequeña, y he vuelto otra vez a donde empece.
En el templo obligan a descalzarse (como siempre). Se supone que no se pueden hacer fotos, pero he preguntado y no me han puesto ningún impedimento.
Estas son las vistas desde la colina.
Ya de vuelta al bazar busco un sitio para comer.
Al final me decanto por un curry de patata y coliflor.
No ha estado mal Haridward para visitarla en un día. Ahora de vuelta al tren y a pasar el último día en Delhi.
Como curiosidad hoy os dejo la piedra de Shiva y Visnu.
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