Hay mucho por ver en Delhi, así que temprano me dirijo a la zona presidencial. Nada más salir del hotel me intentan hacer la estafa de la firma, aquí madrugan para todo.
En la zona presidencial se utiliza como ministerios y palacio presidencial lo que los ingleses dejaron tras su paso. En realidad Delhi fue capital de la India bajo dominio Inglés solo en los últimos años de la colonia, pues casi todo el tiempo fue Calcuta. Y todo nueva Delhi, con las amplias y desproporcionadas avenidas fue construido bajo dominio británico.
Es increíble la cantidad de Águilas que hay en Delhi, y sobre todo en esta zona.
Llegando al palacio presidencial me encuentro con una sorpresa, justo ahora es el cambio de guardia (un golpe de suerte, y además gratis).
Es todo un espectáculo verlo, al son de la banda.
Quizás dramaticen demasiado, pero India es así.
Una vez finalizado el cambio de guardia, voy al museo nacional. La entrada es abusiva, pero supongo que será bueno ...
... O no. Tras ver las cuatro cosas que tienen (lo mejor ya se lo llevaron los ingleses) me siento estafado. Si en la calle te intentan estafar todo el rato, los verdaderos profesionales en estafas son los monumentos oficiales.
Muy cerca esta la puerta de la India, en honor a los caídos en las dos guerras en las que han participado.
En este sitio aparece un hombre con dos serpientes y me las coloca para hacerme alguna foto.
Es de esperar que pida una propina por ello, pero en el momento me dice que le de 2000 rupias, me doy cuenta lo que esta pasando. Tengo que ponerme farruco y mandarlo a la mierda sin darle ni una rupia.
Tras este incidente voy a Purana Qila, un fuerte Afgano donde los indios van a pasar el día en los jardines.
Ya es hora de comer y miro la guía para buscar un sitio. La guía me ha fallado hoy, he malgastado 2 horas en buscar el sitio y resulta que sólo abre por la noche. Hay que tener también cuidado con los ciclorickshaw, pues siempre te dicen que sabe donde ir y después te llevan a donde ellos quieren. Encima si tardan demasiado te piden más. En este caso yo sabía más o menos donde estaba el restaurante, y cuando vi que se alejaba mucho le volví a preguntar si sabía donde iba y como imaginaba no tenía ni idea. Me puse a indicarle yo y después por la zona preguntando en las tiendas. Cada rato paraba en un callejón y me decía que ya habíamos llegado, pero no hay que bajarse hasta que se vea el sitio donde se va, porque son muy listos estos. Cuando término el paseo extra me quiso pedir el doble de lo que habíamos pactado. Al final encontré otro sitio con un pollo bastante bueno.
Por ultimo voy a ver el fuerte rojo. Bueno, por el camino otro lío más con los ciclorickshaw, pero contarlo ya sería repetirme. El fuerte resulta más interesante por fuera que por dentro.
La bandería de India que ondea sobre su puerta, fue un duro golpe para los paquistaníes durante la independencia.
Quizás por eso haya tanta seguridad en este fuerte.
El fuerte fue construido por Sha Yahan, el mismo rey mongol que construyo el Taj Mahal, aunque no llego a disfrutarlo.
En el interior todo está en "reconstrucción" y no se puede entrar en casi ningún sitio.
Tras el fuerte, un paseo hasta la estación de trenes.
Cuando llegaba a la estacion, la escena del día, dos hombres peleándose en la calle. No es raro ver peleas aquí, suelen ser dos tipos agarrándose por el cuello, aunque normalmente las díscusiones quedan en nada. En este caso parece que se tenían muchas ganas, pues los separaban y volvían a empezar, y así unos 10 minutos. Al final vino la policía y para mi sorpresa, en vez de separarlos, se pusieron a reírse de la escena. Pero esto es India.
Esta noche toca dormir en el tren, pues voy a Haridward y tan sólo llevo lo puesto.
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